Una de las modalidades de financiación que más ha crecido en los últimos años es la de los préstamos rápidos. Se trata de una fórmula muy extendida, que puede ser útil, pero que también tiene algunos riesgos que se deben valorar.
Sobre todo, en momentos del año como el que se acerca por Navidad, son muchas las personas que acuden a herramientas de financiación. Una de las herramientas más extendidas es la que ofrecen los préstamos rápidos, una forma rápida de obtener dinero financiado a través de Internet.
Pero, aunque puede tener algunos pros, también tiene bastantes contras.
Qué son los préstamos rápidos
Se trata de un modelo de financiación que, habitualmente, se consigue a través de Internet. Suelen ser plataformas, no bancarias, pero con autorización para operar financiando pequeños préstamos.
Las características de estos préstamos serían las siguientes:
- Se pueden solicitar a través de Internet
- Tienen una tramitación muy rápida con respuesta y acreditación del dinero más rápida incluso que las entidades bancarias
- Financia cantidades pequeñas y medianas, rara vez cantidades elevadas
- Los plazos de amortización son cortos pueden ir desde una semana hasta unos pocos meses
La otra característica que debes tener en cuenta sobre este tipo de préstamos es que son caros. De hecho, comparativamente, suelen ser mucho más caros que cualquier otro tipo de financiación incluyendo el pago aplazado con tarjeta de crédito (excepto en el caso de algunas tarjetas revolving).
Cómo usar los préstamos rápidos
Los prestamos rápidos se puede entender como una herramienta de financiación de urgencia. De hecho, así deberían concebirse.
Podría venir a ser una especie último recurso cuando ya no quedan otras opciones a las que recurrir para nuestro problema o necesidad de financiación.
Si se ha decidido a utilizar los servicios de este tipo de préstamos, hay que saber que son muchas las plataformas que ofrecen un primer préstamo reducido sin aplicación de intereses. Si no vamos a utilizar de manera regular este tipo de servicios, puede ser una buena idea acudir a una plataforma que no aplique intereses en su primera operación.
En caso de tener que abonar intereses, lo que necesitamos es ajustar al máximo la cantidad que vamos a financiar y el plazo de amortización en el que lo vamos a asumir. Por regla general, este tipo de préstamos aumenta de manera notable los intereses cuando se aumenta el plazo de amortización.
Por último, debemos tener en cuenta que los impagos para estos productos multiplican exponencialmente el coste. Generalmente se cobran algunos intereses de demora y a la vez en las penalizaciones por impago lo que puede aumentar el volumen de deuda en tan sólo unas semanas de manera exponencial. Antes de realizar un impago siempre es mejor tratar de negociar con la propia entidad.
En definitiva, un producto muy ajustado a necesidad, orientado para una situaciones concretas y que no debería entenderse como una forma de financiación habitual.
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